Buzos, la prenda que resiste ¿En qué vereda estás?

Amarlo u odiarlo. Si hay una prenda del guardarropas antiguo y moderno que abre grieta ese es el buzo. Lleve o no lleve capucha, muestre más complementos o menos, se conciba liso o estampado, tiene tantos detractores como fanáticos que no imaginan un mundo sin ellos.

El buzo es esa prenda básica que va sobre la remera, que, como estilo urbano siempre asociado al barrio, informal y deportivohttps://www.reuschexclusivo.com.ar/indumentaria-arquero/buzos / su mayor uso en entrenamientos y juegos, no pierde vigencia, al contrario se multiplica, y lo hace porque no falla: es simple, canchero y posible.

Cambiar no cambia nada dice un clásico tema musical del rock argentino, y nos sirve de inspiración para afirmar que es muy poco lo que ha variado en boceto desde sus comienzos, y sin embargo, no hay marca que no lo incluya en sus líneas.

Su crónica generacional

Cuenta la historia de la moda que hace algo más de 3100 años, los antiguos pobladores de Roma y Grecia, ya usaban prendas similares a los típicos buzos, sobre todo, los religiosos, aunque era de un estilo más largo a modo de toga o manto, pero ya daba sus primeros indicios.

Viniendo más cerca en la curva lineal, allá por comienzos de 1930, en la gran manzana del mundo los hermanos Abraham y Feinbloom, al frente de una textil de indumentaria deportiva masiva, fueron quienes lo engrandecieron volviéndolo demás conocido.

Fue entonces que el flagelado buzo vio luz propia siendo especialmente llevado como elemento de resguardo ante las bajas temperaturas que los deportistas podían sufrir al moverse o luego de finalizar sus competencias, algo en lo que sigue teniendo absoluta vigencia.

Fue tan buscado y copiado por personas comunes, estudiantes de todas partes y trabajadores que querían abrigo, que sumó enorme prestigio a finales de 1950, tanto en hombres como en mujeres, incluido los militares que no dejaban entrenamiento sin usarlo, llegando también a ser su vestuario propio.

La tendencia definitiva

¿Podrías imaginar un arquero de fútbol, Reush, un amante del trap o una fana del skate sin él? No. porque precisamente fue la cultura urbana, la que lo adoptó como propio. Y así como se puede llevar con gloria un vestido en una pasarela, el buzo pasó a ser culto de este gueto y de los deportistas. Fue en los fabulosos años 80 y 90 cuando ingresó de lleno al mundo de lo elegido, porque en ese entonces, los mejores diseñadores del mundo lo amaban y los modelos más disímiles lo lucían con la llegada de internet. De este modo, el buzo quedó incorporado definitivamente a la sociedad.

Informal, cómodo hasta debajo de una campera y muy personal, habla su propio idioma y representa multitudes, aunque siga dividiendo aguas.

Publicado en: Blog

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